sábado, 6 de junio de 2009

Embarazo gemelar con mola hidatidiforme parcial y feto vivo





Caso clínico

Ginecol Obstet Mex 2008;76(5):275-9
Mónica Edith Navarro Amezcua,* Julissa Castellanos Reyes,** Oscar Cardona González,** Luis Guillermo
Torres Gómez***

RESUMEN
Se comunica el caso de una paciente con embarazo gemelar de 29 semanas de gestación, con mola hidatidiforme parcial y feto vivo
coexistente, que ingresó a urgencias de ginecoobstetricia debido a preeclampsia leve que evolucionó a grave; tuvo parto vaginal complicado
con hemorragia obstétrica y se le realizó histerectomía total abdominal. El recién nacido falleció a los 30 días de vida debido a
complicaciones secundarias por la extrema prematuridad; la evolución de la paciente fue satisfactoria y hasta hoy está en tratamiento de
seguimiento por enfermedad trofoblástica gestacional, sin datos clínicos o bioquímicos de persistencia o recurrencia.
Palabras clave: embarazo gemelar, mola hidatidiforme, feto vivo coexistente, preeclampsia, hemorragia obstétrica.
ABSTRACT
We report a case of a pregnant patient with a twin of 29 gestational weeks, and partial hydatidiform mole with coexistent living fetus. She
was admitted at gyneco-obstetric urgencies due to a mild preeclampsia that evolves to severe. She has a complicated vaginal delivery with
obstetric bleeding and there was practiced a total abdominal hysterectomy. Newborn dies 30 days later due to secondary complications
(extreme prematurity). Patient evolution was satisfactory and she is currently under follow-up therapy to gestational trophoblastic disease
without clinical or biochemical evidence of persistence or recurrence.
Key words: twin-pregnancy, hydatidiform mole, coexistent living fetus, preeclampsia, obstetric bleeding.

* Residente de cuarto grado de ginecología y obstetricia.
** Médico ginecoobstetra adscrito al Servicio de ginecoobstetricia.
Hospital Regional Universitario de Colima.
*** Médico ginecoobstetra adscrito al Servicio de embarazo
de alto riesgo.
Unidad Médica de Alta Especialidad, Hospital de Ginecoobstetricia,
Centro Médico Nacional de Occidente,
IMSS, Guadalajara, Jalisco, México.
Correspondencia: Dra. Mónica Edith Navarro Amezcua. Genoveva
Sánchez 1221, colonia Jardines de Vista Hermosa, CP 28010, Colima,
Colima, México. E-mail: dra_monicanavarro@yahoo.com.mx
Recibido: marzo, 2008. Aprobado: marzo, 2008.
Este artículo debe citarse como: Navarro AME, Castellanos RJ, Cardona
GO, Torres GLG. Embarazo gemelar con mola hidatidiforme
parcial y feto vivo coexistente: comunicación de un caso. Ginecol
Obstet Mex 2008;76(5):275-9.

La enfermedad trofoblástica gestacional se define
como el grupo de alteraciones del embarazo,
benignas y malignas, que se distinguen por: proliferación
de células sinciciales y de Langhans del
trofoblasto, degeneración hidrópica de las vellosidades
coriales y producción de gonadotropina coriónica humana
(hCG), con o sin embrión o feto. Incluye cuatro formas
clinicopatológicas: mola hidatidiforme, mola invasora,
coriocarcinoma y tumor trofoblástico del sitio placentario.
1,2
En 1976, Vassilakos y Kajii clasificaron por primera vez
la mola hidatidiforme en completa o parcial y describieron
la morfología y las características citogenéticas de cada
una.3 La mola hidatidiforme parcial tiene un cariotipo
triploide 69XXY como resultado de la fertilización de
un ovocito por un espermatozoide duplicado o por dos
espermatozoides, y puede manifestarse como cariotipos
69XXY (70%), 69XXX (27%) y 69XYY (3%).1
La incidencia de enfermedad trofoblástica gestacional
varía según las diferentes regiones del mundo y va de 0.6
a 2 por cada 1,000 embarazos;4 en las mujeres hispanas
la incidencia es más alta y más frecuente la variedad de
mola parcial.5 En México, la incidencia es de 240 por cada
100,000 nacidos vivos.1,4 La edad es el principal factor de
riesgo para este padecimiento; tienen alta probabilidad
de padecerla las menores de 20 y mayores de 40 años de
edad.1
Los estadios clínicos y la clasificación son diversos, en
el año 2000 la Federación Internacional de Ginecología
y Obstetricia (FIGO) fusionó su clasificación anatómica
con la pronóstica de la Organización Mundial de la Salud
(OMS).6,7 La coexistencia de un feto con mola, generalmente
se vincula con embarazos gemelares dicigóticos.8
Los embarazos gemelares con mola hidatidiforme y feto
aparentemente normal afectan de 0.01 a 0.001% de los
embarazos.9

CASO CLÍNICO

Paciente de 28 años de edad, con antecedente de tres
embarazos, un aborto y una cesárea (gemelar, un año
antes). Se envió al servicio de urgencias de ginecoobstetricia
del Hospital Regional Universitario de Colima con
determinación de embarazo de 29 semanas de gestación,
según la fecha de la última menstruación y diagnóstico de
enfermedad hipertensiva del embarazo.
Ingresó con tensión arterial de 170/100 mmHg, consciente,
con buena coloración e hidratación, sin alteraciones
neurológicas ni cardiorrespiratorias, con abdomen globoso
por útero gestante, fondo uterino de 28 cm, signo de Chaussier
negativo, sin pérdidas transvaginales, modificaciones
cervicales, ni edema de miembros inferiores, y con reflejos
osteotendinosos profundos aumentados. Se inició estudio
para enfermedad hipertensiva del embarazo. Tuvo proteinuria
de 100 mg/dL y hCG de 981,725 mUI/mL.
Se realizó ultrasonido obstétrico que mostró feto único,
vivo, en situación longitudinal, posición cefálica, dorso a la
izquierda, frecuencia cardiaca fetal de 145 latidos/min, con
fetometría promedio de 26 semanas de gestación, placenta
fúndica, posterior, grado II-III. La imagen ultrasonográfica
sugirió mola hidatidiforme debida, posiblemente, a
embarazo gemelar (figura 1). En el ultrasonido del primer
trimestre se observaron dos sacos gestacionales, uno con
embrión vivo de nueve semanas y el otro sin embrión, con
imagen en copos de nieve (figura 2).
El diagnóstico fue: embarazo gemelar de 29 semanas
de gestación, mola hidatidiforme, preeclampsia leve y
probable restricción del crecimiento intrauterino. Se inició
tratamiento específico para la enfermedad hipertensiva y
esquema de inductores de madurez pulmonar, por la posibilidad
de interrumpir la gestación a corto plazo. El día
que ingresó tuvo deterioro materno clínico y bioquímico
y preeclampsia que progresó a grave, así como trabajo de
parto espontáneo que evolucionó en forma precipitada.
Mediante parto eutócico se obtuvo un recién nacido
vivo, de sexo masculino, con peso de 900 g, Apgar 2-5 y




Figura 1. Ultrasonido al ingreso en el que se aprecia polo cefálico
e imagen en copos de nieve.





Figura 2. Ultrasonido a las nueve semanas de gestación. Se
observan dos sacos gestacionales. 1: imagen en copos de nieve.
2: embrión.





Figura 4. Evacuación uterina incompleta posterior a legrado uterino
instrumental.


edad gestacional de 29 semanas por calificación de Capurro,
que falleció a los 30 días debido a complicaciones
relacionadas con la prematuridad; alumbramiento dirigido
con placenta completa, fusionada con el tejido de aspecto
molar (figura 3). Se inició la evacuación uterina de la mola
por legrado uterino instrumental, sin conseguir que fuera
completa (figura 4), lo que provocó hemorragia uterina
sin reacción al tratamiento farmacológico, por lo que se
realizó histerectomía total abdominal.
La paciente ingresó a la unidad de cuidados intensivos
por choque hipovolémico y descontrol del cuadro hipertensivo.
Se trató con cuatro normotensores y transfusión de
cuatro paquetes globulares, entre otras medidas. Tuvo evolución
clínica favorable y mejoría bioquímica progresiva;
egresó a los cuatro días y continuó su tratamiento en el área





Figura 3. Placenta completa normal, de aspecto molar, fusionada
con el tejido.

de hospitalización de ginecoobstetricia, egresó por mejoría
después de ocho días de estancia intrahospitalaria.
La cuantificación de la subunidad b de la hCG disminuyó
semanalmente de manera paulatina. El estudio
histopatológico del tejido molar del primer saco gestacional
reportó: degeneración hidrópica de las vellosidades
coriales, con hiperplasia moderada a grave de células del
trofoblasto, degeneración hialina, necrosis, eritrocitos y
tejido embrionario, por lo que se concluyó que se trató de
mola parcial. El estudio histopatológico de la placenta del
segundo saco gestacional (donde estaba el recién nacido)
no mostró anormalidades.

DISCUSIÓN

El diagnóstico diferencial de masa placentaria anormal y
feto coexistente como hallazgo ecográfico incluye: embarazo
gemelar intrauterino normal, con mola completa,
embarazo molar parcial y anomalía placentaria no molar.
El diagnóstico definitivo se hace con estudios histológico
y cariotípico.10,11 En este caso, el diagnóstico de embarazo
gemelar se realizó mediante dos ultrasonidos: uno que
la paciente proporcionó (el control prenatal no se hizo
en el hospital de los autores), correspondiente al primer
trimestre, y otro que se realizó a su ingreso. El resultado
del estudio histopatológico confirmó el embarazo gemelar
bicorial, biamniótico, conformado por mola parcial con
embarazo normal.
La preeclampsia se manifiesta en 12 a 27% de los
casos de embarazo molar;12 si es leve puede dar
se tratamiento conservador y vigilar estrechamente las
condiciones materno-fetales para permitir prolongar el
embarazo y disminuir la morbilidad y mortalidad fetales.13
El tratamiento de primera intención fue conservador, se
administraron corticoesteroides como inductores de madurez
pulmonar fetal y hubo vigilancia estrecha, con la
posibilidad de interrumpir el embarazo a corto plazo por
indicación materna o fetal.
En el caso de embarazo gemelar con mola hidatidiforme,
algunos autores recomiendan la interrupción
inmediata del embarazo por considerar que hay mayor
riesgo de enfermedad trofoblástica maligna;9 sin embargo,
se han reportado casos en los que el tratamiento conservador,
mediante evaluación del estado fetal y la relación
entre el estado materno y la enfermedad trofoblástica,
fue exitoso. Casi siempre que hay embarazo gemelar con
mola hidatidiforme y feto vivo coexistente con cariotipo
normal se justifica permitir el desarrollo fetal en ausencia
de complicaciones maternas.8,14-17 En este caso se interrumpió
el embarazo por las complicaciones de la madre,
secundarias a preeclampsia.
La histerotomía, como tratamiento de evacuación
quirúrgica, prácticamente no se realiza, aunque puede indicarse
en el embarazo molar incompleto con feto viable.18
Marcorelles y su grupo reportaron un caso en el que se
extrajo el feto por vía vaginal con posterior evacuación
molar.19 En el caso aquí reportado la paciente tuvo trabajo
de parto precipitado que progresó hasta el final.
El legrado por aspiración y el instrumental son, en ese
orden, los métodos de elección para la evacuación quirúrgica
de la enfermedad trofoblástica, y la histerectomía es una
alternativa en caso de paridad satisfecha o complicaciones,
como: mionecrosis o perforación uterina.18 En este caso se
inició la evacuación uterina mediante legrado instrumental,
no se consiguió que fuera completa y hubo hemorragia
obstétrica sin reacción al tratamiento farmacológico, por
lo que se realizó histerectomía.
Del 80 al 85% de los embarazos molares se tratan con
la evacuación, después de ésta desaparece la concentración
de la subunidad b de la hCG, en un tiempo variable que
depende de la cifra inicial de hCG, la cantidad de trofoblasto
residual después de la evacuación y la sensibilidad
de la técnica de cuantificación pero, por lo general, es de
8 a 16 semanas, con promedio de 73 días.18,20-22
Se consideró que la paciente estaba en la fase Ic de la
Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia.18
Se mantiene bajo tratamiento de seguimiento, sin datos
clínicos o paraclínicos de persistencia o recurrencia.


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